New post
Me asombra una vez más la ironía que entraña el hecho de que los vuelos espaciales —concebidos en el caldero de las rivalidades y odios nacionalistas— traigan consigo una sorprendente visión transnacional. Basta con contemplar un ratito la Tierra desde su órbita para que los nacionalismos más fuertemente arraigados comiencen a erosionarse. Parecen ácaros disputándose una migaja.